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EL CAMINO DE VUELTA

Los seres vivos nos amoldamos a los cambios con tiempo y empeño, nos adaptamos como mejor podemos y lo convertimos en algo normal. Como el árbol que crece entre adoquines o el león que es trasladado al zoo. Adaptarse o morir, dicen. Afortunadamente, estamos diseñados para sobrevivir y salir a flote frente a cualquier contratiempo, de manera que hasta el modo de vida más sinuoso, a la larga, se vuelve un hábito y nos acostumbramos a caminar sobre las brasas.

En estas me hallo, intentando hacer rutina con los giros de mi vida.

Y cuesta horrores. No porque sea reacia a los cambios o porque no haga lo posible por adaptarme, sino porque no está siendo fácil encontrar el camino a casa, no veo con nitidez las baldosas amarillas, que ya no lucen lustrosas. Dicho así, parece que confío en que se me aparezca la Bruja Buena del Norte y me muestre un propósito de vida, pero sé que es menos complicado que eso.

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Hace un año regresamos a España después de cuatro maravillosos años en Singapur. Así lo recuerdo, olvidando la nostalgia y la soledad de algunos momentos, lo desubicada que me encontraba al principio y la cantidad de cambios que me eché de golpe a la espalda.

Había algo fabuloso en mi vida allí: me sentía libre y dueña de mi destino.

¡Qué equivocada estaba! Libre, sí, porque cuando no conoces a nadie, no debes explicaciones; porque salía de casa y solo dependía de mis pies para moverme (tormentas mediante); porque todo lo ocupaban mi querido Mr. Good y mi pequeña Miss Sunshine, además de mí misma (esa tendencia tan femenina a ponernos las últimas de la lista); y porque tuve la oportunidad de descubrir qué quería hacer para vivir, y eso es un regalo.

Pero el destino, ¡ah, ese duende juguetón! Él hace lo que le viene en gana sin preguntar a nadie. Cuando crees que todo está encarrilado, ¡zas! Que te lo has creído, guapita.

Vuelves a recomponer las piezas, te adaptas a lo que llega y haces malabares con las emociones que esa revolución genera.

Esta frase sería el balance de este último año, en el que no termino de encontrar un sitio donde antes lo tenía, se me resiste la rutina y la libertad que sentía parece que se quedó en Singapur. A cambio, tengo a mi familia y a mis viejos amigos cerca, mi vocación literaria crece y se alimenta de la fuente, y lentamente sacamos la cabeza del agua a ver si aparece el horizonte luminoso que tanto ansiamos.

2014-08-12 05.46.14En todo este periplo no he perdido nunca la esperanza. No la perdí ni cuando más perdida estaba hace ya una vida, como para perderla ahora que tengo los mejores compañeros de viaje. Al fin y al cabo, no he hecho más que sumar experiencias y abrir más la mente, y eso es un gran salvavidas. Me persiguen ciertos miedos que no me quito de encima, pero tengo dónde aferrarme cuando el viento sopla fuerte. Mi corazón ha crecido, aunque toque hacer reformas, porque ese es el precio de abrir sucursales en distintos países.

Y ahora que puedo decir que soy escritora (en breve publico mi primer cuento infantil, EL MALO MEDUSA, y espero que vengan más) y que siempre he sido una inconsciente (algunos lo confunden con valiente), me planto ante el destino para decirle que estoy dispuesta a jugar y que lance los dados. Solo le pido que sea considerado y no se exceda en las apuestas.

 

 

**AVISO A NAVEGANTES: Puesto que mi condición de expatriada quedó atrás y el objetivo de este blog ha perdido su sentido, busco nuevas excusas para salir a la blogosfera y abriros mi mundo y alrededores, así que empiezo un nuevo apartado de REFLEXIONES, donde cabe todo lo que se me pase por la cabeza. De ahí el nuevo formato del blog, que espero sea más fácil y cómodo de acceder (encantada de recibir vuestros comentarios al respecto). Disculpad si me demoro en las publicaciones o si pierdo un poco el norte: aún estoy en construcción propia.

9 comentarios en “EL CAMINO DE VUELTA”

  1. Querida Susana, no sabes cómo resuena todo esto que cuentas y cómo me reconozco en tus palabras.
    Yo también estoy de vuelta, después de mi periplo asiático. Y así sin darme cuenta, ya llevo 6 meses en Londres y aquí estamos redescubriéndonos otra vez.
    He de confesar que todo está siendo un gran reto, no ya por el hecho de comenzar un nuevo capítulo vital, sino que por motivos serios de salud, de repente y sin avisar, la vida se da la vuelta del revés y te deja temporalmente sin aliento. To be continued…
    Beso enorme
    PS. Me apetece todo leer tu primer libro.

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  2. Lo primero felicitarte por tu libro, con lo bien que escribes va a ser un placer leerlo!!. Como te comprendo, Susana. Me has leído y has visto que de todo se sale y a todo se llega. Me quedo con una de tus frases «Al fin y al cabo, no he hecho más que sumar experiencias y abrir más la mente», eso es muchísimo!!. Ahora toca pensar en tu «para qué», que es aquello que verdaderamente te llena, te hace avanzar sin darte cuenta. Y con los miedos, te diría que mires en ellos, qué es lo que te quieren decir, de qué te protegen y cuando encuentres la respuesta habrá dado un pasito más hacia aquello que quieres (aunque no lo sepas aún). Un beso enorme guapísima y para lo que necesites, ya sabes dónde encontrarme. Besooss !!

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