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AÚN TENGO QUE CRECER

No siempre reconozco a esa niña pecosa en el espejo. Las manchas de la edad han sustituido aquellos lunares tan graciosos. Los ojos anidan en una maraña de pliegues y la piel ya no tiene la luz de la mañana. Pero en esa mirada dulce, en ese brillo que aún asoma en la retina, distingo a veces la sonrisa infantil y la alegría sencilla de las tardes de verano. Pienso que aún tengo que crecer, que hace poco sólo alcanzaba a imaginar cómo sería mi yo del año 2000. Siempre llego con retraso, incluso a la madurez, pero aún no soy mayor,  no hay prisa. Mi madre tenía 4 hijos a mi edad y la vida clara y encaminada. Sin embargo, todo puede cambiar en un segundo, en un maldito vagón de tren. O en un beso en el asiento trasero de un taxi. ¿Para qué correr?

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Como en la película de Capra «Qué bello es vivir» (1946), me intrigaba pensar cómo sería mi vida sin mí: la arrogancia de saber que has trascendido, contemplando un mundo paralelo en el que los días se renuevan a tu pesar. Pero, ¿qué sentido tiene? Yo quiero ser la protagonista de mi vida, quiero aparecer en todas las secuencias y representar escenas estelares que reconforten el fundido a negro o a cualquier otro color. Es ahora, en mi cumpleaños, cuando hago los propósitos del nuevo año y repaso lo que soy y lo que he hecho.

La vida la improviso, dejo que me sorprenda mientras sigo creciendo. Quizás he perdido las riendas y me he metido en caminos que no me correspondían, pero vuelvo a mi carril después. Me hubiera gustado saltarme más reglas, bailar en más charcos, gritar más de joven y probar más mi audacia. Afronto como mejor puedo las consecuencias de mis actos y defiendo la coherencia, aunque dude de la certeza de mi misión. Cuando mi corazón lo exige, mi capa se hace sayo para no perderme lo que nunca me hubiese querido perder. He sucumbido ante ruedas de molino, temiendo perder el corsé que me ceñía, sin darme cuenta de mis pequeñas victorias. Vivo y dejo vivir, haciendo del respeto en ocasiones una distancia demasiado fría. No me arrepiento más que de lo no sentido. Dejo que el amor me revuelque, la esperanza me acompañe y la alegría me rescate. A la cabeza le doy demasiadas vueltas cuando la miopía me enturbia la fe: me fustigo ciegamente con una crítica obstinada y anhelo la paz de los sensatos de puertas afuera. Sigo siendo reservada aun cuando mis palabras atropellen los silencios de otras bocas. Reacciono a destiempo en la escalera de salida y me desdigo de arrebatos inoportunos. Olvido regalar más tequieros, pero velo por los generosos de corazón. He perdido amigos que creía eternos y encontrado joyas en desconocidos. Procuro el calor humano desde mi rincón de bichobola. Quiero, siento, lloro, camino, me levanto, salto, bailo y río. Sobre todo, río.

Puede que la carne no esté ya tan prieta, la piel no esté tan tersa, los kilos se acumulen donde antes había pellejo y el indicador de energía parpadee con insistencia. ¿Qué más da todo eso, si lo importante es ser, es estar?  La vida no es otra cosa que ser buena persona. Es querer y ser querido; es seguir aprendiendo y dejarte sorprender por lo inesperado del camino; es conmoverse con el dolor ajeno y alegrarse por la dicha de los demás; es reírse de uno mismo y pasar del qué dirán; es respirar por las mañanas y dar gracias por seguir aquí. Es disfrutar el presente y confiar en el futuro. Es una moviola de sonrisas, besos, abrazos y lágrimas. Y un continuará.

De deseo de cumpleaños pido otros cuarenta y seis años de sonrisas para darles a los que quiero y, sobre todo, a mi pequeña Miss Sunshine y a mi querido Mr. Good.

12 comentarios en “AÚN TENGO QUE CRECER”

  1. 46 años ya de esa preciosidad de niña, mi primera niña, buena, bonita, simpática, lista y sobre todo buena niña
    46 años después sigue siendo buena, bonita, simpática, lista, buena persona, y además excepcional madre, esposa, hija, amiga y una hermana extraordinaria
    Por favor sigue así, TE QUIERO

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  2. Mi querida niña, eres igual que antaño, créeme, más sabia, más sensata, más bonita por dentro y sobre todo más humana. No sabes cómo te quiero!!!

    Y cómo me gusta leerte!!!

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  3. Amen!! Canalla me has llegado a la patata con la referencia a la película de Capra. Sabes que es un clásico en casa todas las navidades y como le dice el bueno de Clarence a George Bailey «la vida de un hombre toca tantas otras vidas, que cuando este no está, deja un enorme vacío «. Te echamos tanto de menos…
    Pero no me quiero poner melancólico y como estamos en tiempo de carnaval y sabes que muero por el ingenio y al «age» que estos días se está derrochando por Cádiz, te diré:
    » Ole y Ole mi Susi
    y lo digo a bocallena
    y el que no diga ole
    que se le seque la yerbagüena
    Ole!, Ole! y Ole!»

    Muchas felicidades reina.Te quiero una jartá!

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  4. Hola Susana: Soy Montse la prima de Peter. El otro día me comentó que tenías un blog y le eché un vistazo. Me encantó. Me parece muy fresco y muy vivo. Hoy he leído tu nuevo post: !!!!está genial!!! Enhorabuena por tu blog. Tienes desde YA una nueva seguidora. Ah y…… MUCHAS FELICIDADES!! xxx

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